corazón de luna

sábado, 4 de agosto de 2012

Una vez al día nos olvidamos de mirar al cielo, de observar por la ventana y seguir el curso del sol mientras se oculta pintando las nubes. Una vez al día nos olvidamos de sonreír, abrazar y besar. 

De lila se construye la tarde cuando el viento arrastra el tiempo a su destino, el paisaje renace con una explosión de colores y formas que sólo pueden ser apreciados por aquellos que anhelan el regreso de unos brazos o el encuentro de unos labios... 

Los montes marcan la silueta del inicio de una noche, delimitan el horizonte que nos detiene ante la duda de lo extraños que aún somos, de lo débiles que parecemos ante un abrazo...

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