corazón de luna

domingo, 28 de julio de 2013

In un'altra vita


<< Nariz afilada, ojos de avellana, 
manos de escritor, labios de amargo café, 
orejas que sugieren dulces susurros, sonrisa...>>

(¿Cómo concentrarme en hallar la palabra indicada si miras hacia acá?...)


Era un día común. Afuera hacía frío y yo realizaba mi visita de rutina en la cafetería. No esperaba perderme en una mirada, no parecía que la tarde guardara dicha sorpresa... pero ahí estabas, con libro en mano, imaginando entre líneas, solo, como esperando a que las letras se materializaran frente a ti y de esa manera mostrarle al mundo lo maravillado que te encontrabas.

Tu rostro quedó inmediatamente grabado en mi mente, como una ilusión; bastante confusa, pues parecías extraído de mis anhelos más profundos. 

No alcancé a observar qué leías, pero sí pude notar que estabas por terminar un espresso.

Ignorabas que mi pasatiempo preferido era imaginar. Imaginar vidas, pensamientos, historias... En ese preciso instante me encontraba en el proceso de un trazo acuarelado en mitad de una hoja en blanco, y tú, como víctima, como musa de inspiración para dicho trazo. 

Comencé a observarte con más calma. Bebías un sorbo mientras tu mirada recorría de un lado a otro con prisa el texto. Te hallabas tan inmerso... nada podía alejar tu atención de tan apasionada actividad. Por un momento podría jurar que sentías mi mirada, pues ocultabas tu rostro con una mano mientras sostenías a punto de cambiar la página con la otra. Colocando una barrera entre mis pensamientos y los tuyos.



Con el tiempo corroboré que tu asistencia al lugar tenía un por qué, para ser más precisos, un nombre. 

Teníamos una cita todos los viernes. 
Mismo horario, el mismo libro, mismo café, esos ojos, esa boca... 
La diferencia era que tú leías y tomabas café para esperar por ella y yo, te observaba mientras todo sucedía.



La semana terminaba y como ritual llegaba a la cafetería, pedía mi café y me sentaba a la misma distancia. A tu llegada, tomabas la mesa programada, te gritaban desde un lugar no muy lejano "¿lo de siempre?" asentías con una sonrisa y comenzabas a leer.

Cada vez era más evidente que sólo esperaba por ti. No conocía tu voz, tu nombre o de dónde provenías y no quería saberlo. Mi imaginación bastaba. 

Me percaté de lo lejos que se puede viajar o lo cerca que puedes estar de alguien con el simple gesto de cerrar los ojos... 


Me gustaría que esta historia terminara describiendo la hora en que compartimos palabras, o una sola mirada, pero no fue así. Un día partiste a algún lugar de España, desapareciste sin más. 

Y hoy, sentada en el mismo sitio donde te vi por primera vez, sonrío acompañada de una ligera silueta dibujada por tu recuerdo al otro lado del café...

lovers

Soy testigo de un juego de amor, repentino, volátil, ligero, que sin duda y por historia de ambos participantes no durará. Tres días, dos noches. Las palabras que dijeron, la mayoría ellos conservan. 

Ahora duermen, apartados de sus miradas, el roce de sus manos y quizá de los besos ocultos o aquellos que en este instante gusto de imaginar. 

Bienaventurados que se dejaron convencer por la magia de la noche, por el encanto de esos días...

Cuánto se desconocen, cuánto ignora él de ella... pobre si logra cautivarse por más tiempo; un corazón iluso al que no culpo pues es un viaje al que constantemente me dirijo...