corazón de luna

sábado, 4 de agosto de 2012

(Tal vez tú no eres un fantasma más...)
Una vez al día nos olvidamos de mirar al cielo, de observar por la ventana y seguir el curso del sol mientras se oculta pintando las nubes. Una vez al día nos olvidamos de sonreír, abrazar y besar. 

De lila se construye la tarde cuando el viento arrastra el tiempo a su destino, el paisaje renace con una explosión de colores y formas que sólo pueden ser apreciados por aquellos que anhelan el regreso de unos brazos o el encuentro de unos labios... 

Los montes marcan la silueta del inicio de una noche, delimitan el horizonte que nos detiene ante la duda de lo extraños que aún somos, de lo débiles que parecemos ante un abrazo...
Siempre buscando fantasmas para dedicar abrazos y caricias... besos tirados al aire, ilusiones que se disuelven detrás de un computador hasta ser devueltos como una sobrecarga de palabras.
Palabras comunes, palabras vacías...

Parece que el frío de unas manos inexistentes me satisfacen, dejándome ante la locura de un quizás, ante el anhelo de una mirada sobre aquello que intento ser; una piel robando el cariño de la noche, bajo el reflejo de una luna construida de sueños...

¡Grítame otra mentira, esta vez lo necesito!

Permite una vez más que tu corazón palpite delante mío, hasta que la última gota de tu sangre alimente mis alas y emprenda vuelo, llevando así parte de tu elixir. 




(He perdido el interés por buscar dentro de tu cuerpo, tu corazón)

Pudo ser una utopía de besos... (pero no quisiste).

No eres más que la sombra de mis pensamientos más profundos.
Tus trazos dibujaron falsas pasiones, 
impulsadas al vacío por mares de palabras.

(Deseos, deseos, deseos)

Quiero que tus manos moldeen mis caderas,
quiero que tu respiración me desnude.

(¿Quién eres?)

Átame, Muérdeme, Quiéreme.
Llevemos el ritmo del viento que despeina los árboles.
Sedúceme, hazme tuya.
Dibújame una y otra vez, vuela conmigo.

(No te conozco)

Permite que tus demonios me lleven lejos.
Sostén mi mano, dame un beso.

(Deseos, deseos, deseos)

Recórreme con un sólo movimiento,
agita mi respiración,
instala tus pensamientos en mi centro.

Muestra que no eres sólo un sueño.
Siénteme cerca, cada vez más.
Tráeme de vuelta, cuando estemos tan alto que deseemos regresar...

Dime que nada es cierto,
bésame de nuevo,
grítame otra mentira,
mientras yo te pienso.