Me gusta que tu recuerdo se escriba entre las noches porque sòlo de esa forma puedo leerte una y dos veces al dìa siguiente, como esperando que las letras tomen vida propia y se arranquen de las lìneas que las encarcelan.
Si en la memoria no existieras, simplemente no podrìa gritarle a la luna, por ser tu amiga y ocultarte, en el sueño indeseado que te convierte en pròfugo de mis abrazos.
Me gusta soñarte porque sòlo de esa forma puedo recordarte por las noches y escribirte, esperando que las tintas se vuelvan viento y los susurros hagan eco hasta repetir tu nombre.
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