Es la hora en la que el cielo ya no me sonríe, me siento cansada después de haber caminado toda una tarde. No me es posible contarlos a todos pero más de nueve extraños me acompañan a mi destino. Es un camino que ocasionalmente me hace pensar en ti... aunque dime, ¿qué no me recuerda a ti? He hecho de tu persona mi cotidianidad, de tu figura la quimera que mi mirada anhela y a tus ojos los colores que pintan el universo que existo.
Yo no sé por qué me obstino tanto en recuperar tus brazos si mi realidad nos ha obligado durante tantos años a lo contrario. Escucho tu respirar por las noches, siento el calor de tus palabras mientras me las repito entre sueños... y te siento lejos.
Te extraño indudablemente.
¿Por qué ha sido tan difícil adueñarme de tus pensamientos?, ¿Por qué he tenido que contener estas ganas de quererte, de hacerte mío? ¿Y Cómo hacértelo saber?
...¿Le grito al viento las frases inconclusas?...